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¿Cuáles son los beneficios de la intervención psicológica en la reproducción asistida?

Lic. Patricia Rodríguez

Lic. Patricia Rodríguez

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Hoy es un día muy especial porque se conmemora una profesión que para mí es muy noble y al mismo tiempo muy desafiante. Puedo sentirme plena al decir que me siento agradecida  al estar realizando un trabajo que me permite ayudar a las personas y, en especial, abrazo con mucho amor esta especialidad que me permite acompañar a las parejas en este “sueño de ser padres”.

Por ello me gustaría compartir con ustedes hoy del beneficio que tiene la intervención psicológica en la reproducción asistida.

Hoy más que nunca podemos reconocer el beneficio que obtenemos al permitirnos dar ese paso e ir al psicólogo, al atravesar ese proceso nos podemos dar cuenta que al recibir ayuda, orientación y apoyo nos permite tener una mayor claridad y al mismo tiempo tener más recursos para afrontar y administrar de manera adecuada nuestras emociones. Y sobre todo en los tratamientos de reproducción asistida donde las parejas necesitan sentirse apoyados y contenidos en las distintas etapas del proceso, ya que el inicio del mismo produce incertidumbre y en consecuencia pueden ocasionar un desajuste emocional significativo, viéndose comprometidos todos los ámbitos de la vida de las personas implicadas (pareja, familia, trabajo, salud).

Las sesiones pueden aliviar la atmósfera de presión que se crea especialmente en las mujeres por el hecho de no conseguir quedarse embarazadas naturalmente, además de resolver las dudas más íntimas y lidiar con los efectos de la medicación. Se busca brindarles herramientas que le permitan ir afrontando y administrando sus emociones, principalmente en la etapa postransferencia donde los días de espera generan mayor ansiedad.

Especialmente, en la consulta con el psicólogo especialista en reproducción, las mujeres cuentan con la posibilidad de abordar todas sus dudas, miedos y angustias que van apareciendo en distintas etapas; se trabaja mucho con los pensamientos negativos, la ansiedad, los duelos y las frustraciones. 

Finalmente, el papel del psicólogo debe ser acompañar, apoyar, sostener y contener a las personas en el proceso hacia la maternidad y paternidad, debe ir más allá de la buena voluntad de ayudar y basarse en criterios científicos propios de la psicología como ciencia.