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Aquí trataremos de responderlas inquietudes y preguntas que recibimos con más frecuencia de manera a aclarar algunas de las principales dudas de nuestros pacientes e interesados en nuestros servicios.

La esterilidad se suele definir como la incapacidad de concebir de manera natural tras un año de relaciones regulares sin protección. Según las estadísticas el 85% de las parejas jóvenes y sanas conciben tras un año de relaciones, un porcentaje que sube hasta el 93% tras 2 años.

La esterilidad primaria se refiere a la pareja que nunca ha podido concebir. La esterilidad secundaria es la incapacidad de concebir nuevamente tras haber tenido un hijo.

La infertilidad se define como la incapacidad de llevar a término un embarazo, siendo el caso de las parejas que quedan embarazadas y luego sufren abortos.
 
Afecta a un 15% de la población mundial. En España se calcula que hay unos 16.000 casos al año. La esterilidad puede tener múltiples orígenes, siendo la edad materna avanzada la primera causa, ya que a medida que avanza la edad de la mujer la probabilidad de embarazo espontáneo disminuye. Otras causas como las genéticas, las relacionadas con tratamientos agresivos (radioterapia, quimioterapia o inmunosupresores) o causas ambientales y de hábitos de vida, también pueden causar un retraso en la consecución de un embarazo.

Los problemas reproductivos afectan de igual manera a mujeres y a hombres: el origen del problema se encuentra en un 30% en la mujer y en un 30% en el hombre. En otro 30% de las parejas ambos aportan factores adversos y en el restante 10% el origen es desconocido.

Los problemas de infertilidad pueden surgir en cualquier momento. El hecho de haber tenido hijos anteriormente no garantizará que usted será fértil en el futuro. De hecho, existen más parejas que padecen de infertilidad secundaria (problemas de infertilidad experimentados por parejas que ya han tenido uno o más hijos), que de infertilidad primaria (problemas de infertilidad experimentados por parejas que nunca antes han tenido hijos).

 Entre los múltiples factores que pueden estar detrás de la esterilidad destaca la edad de la mujer. Si no existe ninguna enfermedad o historial que sugiera algún tipo de problema, los ginecólogos suelen aconsejar un estudio de la pareja al año de no concebir si la paciente tiene menos de 35 años, a los seis meses si es mayor de 35 y a los tres meses si es mayor de 40 años.

En líneas generales ésta es la pauta que se suele seguir, aunque en muchas circunstancias se debe buscar atención especializada antes. Por ejemplo: si la mujer tiene antecedentes de una infección pélvica o si ha sufrido más de un aborto. En el caso de los hombres, si existe historia de testículos no descendidos o alguna enfermedad hereditaria.
En algunos casos concretos (como por ejemplo, una resistencia a la insulina) se consigue un embarazo simplemente con un tratamiento oral, pero la mayoría de las veces, se tiene que recurrir a tratamientos más sofisticados. Todo depende del grado de dificultad para la ovulación. El médico decidirá junto con la pareja, el mejor camino a seguir. 

En la primera consulta se abre la historia clínica recopilando cuidadosamente la información necesaria de la pareja, haciendo especial hincapié en los antecedentes personales y familiares y en posibles tratamientos realizados previamente.
El médico estudiará los análisis ya existentes, detallará las pruebas necesarias por hacer para completar el estudio de la pareja. Una vez obtenidos los resultados, se propondrán las diferentes opciones de posibles tratamientos en función de las posibilidades de éxito de cada caso.

El primer paso para afrontar un problema de fertilidad es alcanzar un diagnóstico correcto. En muchos casos se encuentra más de un factor causal del fallo reproductivo por lo que antes de empezar un tratamiento es esencial hacer una evaluación de la pareja.

El equipo médico revisará el historial clínico de ambos miembros de la pareja y pedirá las pruebas necesarias para llegar a un diagnóstico. Si se encuentra algún factor masculino y se considera necesario, se pedirá una consulta con el urólogo.

Dado que la mayoría de las pacientes que llegan a nuestra consulta ya han pasado un tiempo sin lograr un embarazo, nuestra meta es completar el estudio de forma rápida y lograr un diagnóstico dentro del siguiente ciclo menstrual.

Hay 3 pilares básicos en la fase inicial del estudio de fertilidad.

* Determinar la existencia de ovulación y evaluar la reserva ovárica.
* Objetivar la permeabilidad de las trompas de Falopio.
* Evaluar la calidad del esperma.

1. La reserva ovárica

La reserva ovárica hace referencia a la cantidad de ovocitos disponibles en el ovario de una mujer, lo que está directamente relacionado con su posibilidad de embarazo. Existen diversas formas de evaluar esta reserva ovárica: la medición de FSH y estradiol en sangre entre los días 2 y 3 del ciclo, la ecografía trasnvaginal con recuento de folículos antrales y la medición de la hormona antimülleriana, nos permiten determinar si la paciente presenta una alta, normo o baja reserva ovárica. Estos datos junto con la edad de la paciente nos permitirán orientar a la pareja hacia uno u otro tratamiento.

2. Permeabilidad de las Trompas de Falopio

Las Trompas de Falopio son la vía por la que el espermatozoide puede llegar a fecundar al óvulo de forma natural en un embarazo espontáneo. Si las trompas están obstruidas el embarazo no podrá llegar nunca de forma natural.

La forma de evaluar la permeabilidad de las trompas es mediante una histerosalpingografía, que consiste en visualizar radiográficamente el paso de un contraste a través de las trompas o mediante la Cromotubación que se realiza durante una laparoscopía.

3. Calidad y cantidad de los espermatozoides

Para que exista posibilidad de embarazo, los parámetros de la muestra seminal deben encontrarse dentro de la normalidad. La OMS en 2010 estableció unos nuevos valores de normalidad para el seminograma, siendo los más relevantes:
- La cantidad de espermatozoides, que debe ser superior a 15 millones por ml.
- La movilidad progresiva, que debe ser superior al 32%.
- La forma de los espermatozoides, que debe ser superior al 4%.

Otros parámetros como los cambios de ph, la presencia de leucocitos o bacterias y los cambios en el volumen, pueden implicar patologías concomitantes que deben ser tratadas antes de empezar los tratamientos.

Con los resultados de los análisis y las pruebas, el equipo médico podrá orientar un diagnóstico y establecerá un plan terapéutico que será expuesto a los pacientes. Se intentará programar el tratamiento en el momento idóneo para la pareja teniendo en cuenta su vida laboral y social.

En muchas ocasiones el diagnóstico de esterilidad no queda claro tras la realización de los estudios básicos, sin embargo, lo más recomendable es iniciar un protocolo adecuado para no demorar innecesariamente el tratamiento.  

La etapa de máxima fertilidad de la mujer se sitúa entre los 15 y los 24 años. En la actualidad son muy pocas las mujeres que se plantean quedar embarazadas a estas edades. A partir de los 25 años comienza a disminuir la fertilidad. Se encontrarán con problemas a la hora de concebir aproximadamente un tercio de las mujeres que esperan hasta los 35 años y la mitad de las que tengan 40 años.

 Los trastornos de la ovulación se deben a un desequilibrio endocrino que imposibilita al ovario mantener una función normal. Muchas veces los trastornos de la ovulación se asocian a un peso muy bajo o a la obesidad, acné y exceso de vello. Una de las causas más frecuentes de estos trastornos es el síndrome del ovario poliquístico. Se calcula que entre el 3% y el 10% de la población femenina padece el síndrome del ovario poliquístico. La mujer suele sufrir ciclos irregulares, que pueden asociar problemas de fertilidad y otros síntomas como el exceso de vello o el acné.

Las mujeres que sufren el síndrome del ovario poliquístico ovulan menos que una mujer fértil o no ovulan nunca. Si no hay ovulación, no hay embarazo. La meta de los tratamientos de fertilidad en mujeres que no ovulan es hacerlas ovular de forma predecible.

Trompas Obstruidas

La fecundación (cuando el espermatozoide penetra en el ovocito) tiene lugar en la trompa. Si ambas trompas están obstruidas, los espermatozoides no pueden llegar al ovocito para fecundarlo.

Las trompas se pueden obstruir por varias causas como por ejemplo por un proceso infeccioso previo, un episodio de enfermedad pélvica inflamatoria o por cirugía abdominal. La paciente no suele tener ningún síntoma de trompas obstruidas y se diagnostica tras una histerosalpingografía. La conveniencia o no de hacer una histerosalpingografia está relacionada con la edad y las causas de esterilidad de la pareja. Dependiendo de si una o las dos trompas están obstruidas y, teniendo en cuenta otros muchos factores, se decidirá el tratamiento adecuado. 

A veces por ecografía se puede ver liquido acumulado en una o ambas trompas, lo que se conoce como hidrosalpinx. Un hidrosalpinx puede ser la causa de esterilidad y aumenta el riesgo de infección. Los estudios muestran que hay una tasa mayor de éxito en los tratamientos de reproducción asistida cuando se extirpa el hidrosalpinx antes de iniciar un tratamiento.

Factor cervical

El moco cervical (cuello del útero) ayuda a prevenir infecciones y mata bacterias cuando no hay ovulación. Sin embargo en el momento de la ovulación el moco cervical se transforma y se vuelve más fluido para aumentar la supervivencia de los espermatozoides. A veces hay problemas de fertilidad cuando el moco cervical no es de la consistencia adecuada o hay algún problema en la anatomía cervical. 

La endometriosis es una enfermedad crónica que se caracteriza por la presencia de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina. Estos implantes de células endometriales fuera de su sitio normal forman cúmulos que se descaman cíclicamente, provocando dolor. La presencia de endometriosis en los ovarios se manifiesta como quistes, llamados endometriomas. La endometriosis es más frecuente en mujeres estériles que en las que no lo son y es una causa bien conocida de esterilidad.

Los síntomas de la endometriosis abarcan desde ser un proceso asintomático hasta un dolor intenso e incapacitante durante la menstruación, pasando por menstruaciones largas y abundantes, o dolor durante las relaciones sexuales. No hay correlación entre los síntomas y el grado de la enfermedad. A veces es necesario recurrir a la cirugía antes de iniciar un tratamiento de fertilidad para mejorar los síntomas o el pronóstico del tratamiento. 

Dolor: el dolor puede estar relacionado exclusivamente con el momento de la menstruación, pero también puede haber síntomas gastrointestinales o urinarios si estos implantes endomestriósicos invaden otras estructuras como intestino, vejiga, o recto.

Infertilidad: la infertilidad relacionada con la endometriosis puede derivar de los cambios que ocurren en la anatomía pélvica de estas pacientes durante los ciclos menstruales. Puede provocar obstrucción de las trompas o formación de quistes ováricos endometriósicos que en ocasiones precisarán cirugía, con la consecuente pérdida de tejido ovárico y disminución de la fertilidad. Existen tratamientos tanto médicos como quirúrgicos, y en muchos casos la obtención de un embarazo puede frenar o mejorar la evolución de la enfermedad. 

Los miomas son unas formaciones benignas de tejido muscular liso habitualmente dentro del músculo de las paredes del útero. Una mujer puede tener un solo mioma o varios y se pueden localizar en la superficie interna, externa o dentro de la pared uterina. Es muy frecuente encontrar miomas y a la mayoría de las mujeres no les causan ningún problema. A veces se asocian a reglas abundantes, dolorosas o problemas de presión pélvica, de vejiga o de intestino. Si estos síntomas hacen empeorar la calidad de vida se suelen quitar mediante cirugía.

La relación entre los miomas y la fertilidad no está clara del todo. En general si el mioma no deforma la línea del endometrio no hace falta quitarlo. Si el mioma o los miomas son muy grandes o causan mucha sintomatología, se recomienda a la paciente someterse a tratamiento quirúrgico antes de iniciar un tratamiento de fertilidad.  

Los problemas pueden relacionarse con un recuento pobre de espermatozoides o alteraciones del movimiento o morfología. La esterilidad masculina se relaciona a menudo con varicocele, venas varicosas del escroto que afectan la producción de espermatozoides. Un trauma testicular, los testículos no descendidos y desequilibrios hormonales pueden también causar problemas de fertilidad. A veces dificulta la fertilidad la presencia de otras enfermedades como diabetes, enfermedades del sistema nervioso central o tumores hipofisarios.

Si existe un factor masculino, se aconseja consultar al urólogo para descartar anomalías anatómicas y en ocasiones indicar un estudio hormonal para determinar el pronóstico que tiene cada paciente con las diferentes posibilidades de tratamientos.

Hay otros estudios que se pueden realizar al hombre para valorar otros parámetros de calidad espermática como el FISH o estudio de fragmentación (TEST DE TUNEL). Si alguno de estos estudios estuviera alterado, tendríamos indicación de recurrir a otras técnicas terapéuticas como la selección espermática.

Las alteraciones genéticas pueden ser causa de esterilidad por dos motivos esenciales. El primero es por una alteración en la producción de los gametos (óvulo y espermatozoide), como pueden ser los síndromes de Turner en la mujer o el síndrome de Klinefelter en el varón. En estos casos la esterilidad viene determinada por la ausencia o anomalía de los gametos y su imposibilidad para generar un embarazo viable.

El segundo motivo viene derivado de alteraciones genéticas que, aunque no provocan alteraciones en los padres, son incompatibles con la generación de un nuevo embrión o provocan taras muy importantes que conducen a la aparición de abortos. Este es el caso de las traslocaciones o inversiones cromosómicas.

En el caso de las enfermedades monogénicas, de las que los padres son enfermos o portadores, no suelen causar problemas de esterilidad sino abortos o enfermedades en la descendencia, por lo que el diagnóstico genético embrionario preimplantacional (PGD) puede ayudar a estas parejas a tener un recién nacido vivo sano.

CarrierMap es la pantalla portadora genética más completa y precisa para las personas de todos los orígenes étnicos o de planificación al principio del embarazo. Está diseñado por los principales profesionales de la salud para ayudarle a aprender que las mutaciones están presentes en su ADN y cómo podrían afectar a la salud de su hijo. Ésta tecnología de gran alcance y de vanguardia, podemos determinar su riesgo de transmitir más de 250 enfermedades genéticas a su hijo para que pueda tomar decisiones informadas sobre las opciones reproductivas y de salud.

Cada uno tenemos dos copias de decenas de miles de genes que proporcionan instrucciones para que el cuerpo crezca, función y repararse a sí mismo. Todos llevamos cambios, llamados mutaciones, en nuestros genes que, de ser heredada por nuestros hijos, pueden causar enfermedad genética. La Enfermedad genética puede afectar significativamente la salud de nuestros hijos y el bienestar. Sin embargo, las parejas no suelen tener ningún problema de salud y no tienen antecedentes familiares de enfermedades genéticas. El Carrier Screening busca mutaciones en tanto usted como los genes de su pareja que juntos pueden aumentar su riesgo de tener un hijo con una enfermedad genética, para que pueda prepararse para una familia saludable.

El test de CarrierMap para más de 250 enfermedades genéticas, incluyendo la fibrosis quística, la atrofia muscular espinal, enfermedad de células falciformes, y la enfermedad de Tay-Sachs. Muchas de las enfermedades incluidas puede acortar la esperanza de vida y / o causar discapacidad física o cognitiva.

Se piensa que alrededor de un 60% de los abortos tienen causa genética. Si una pareja ha tenido dos o más abortos, las probabilidades de que se repita el aborto son más elevadas que en la población normal. En estos casos, hay que estudiar a la pareja para intentar encontrar una causa que permita un tratamiento efectivo para evitar una nueva pérdida.

Existen causas infecciosas, inmunológicas, de coagulación y por último genéticas, que son diagnosticables mediante los estudios oportunos. Sin embargo, hoy en día todavía siguen existiendo casos de abortos de repetición sin un diagnóstico claro y que se tratan de forma empírica. 

En un 15% de las parejas que consultan por esterilidad o infertilidad no se encuentra ninguna causa determinante, es lo que conocemos como esterilidad de origen desconocido o sin causa aparente (ESCA). Muchas veces, una vez iniciamos los tratamientos vamos encontrando algunas alteraciones que pueden explicar el fallo reproductivo de la pareja.

No obstante, a pesar de no tener un diagnóstico concreto se puede establecer un plan de tratamiento, de acuerdo a los hallazgos del estudio básico de la pareja. 

El sobrepeso en el varón puede provocar un aumento de los estrógenos (hormona femenina) y disminución de la testosterona (hormona masculina) lo que puede llevar a una disminución en la producción espermática y un empeoramiento de la fertilidad.

Los parámetros de la calidad seminal están determinados por la OMS que realiza mediciones regulares para controlar la fertilidad humana. En los últimos años, la calidad seminal de todos los varones del mundo ha bajado. Para saber la calidad de tu esperma, desde Neolife recomendamos la realización de un Espermograma y test de TUNEL.

La morfología, la movilidad y concentración de espermatozoides por mililitro de semen. En cuanto a la morfología, la cabeza tiene que ser ovalada y lisa, la cola tiene que ser tres veces la longitud de la cabeza y presentar una correcta inserción en la cabeza. La movilidad se define por la velocidad a la que avanza el espermatozoide (micrómetros por segundo) siguiendo una trayectoria lineal. Todos estos parámetros deben estar dentro de unos niveles establecidos por la OMS en el año 2010.

El test de fragmentación de ADN es una técnica relativamente reciente y en el país sólo se realiza en Neolife. El test mide el estado en el que se encuentra el ADN de los espermatozoides localizado en la cabeza de los mismos y que constituye la carga genética del individuo. Este ADN, en determinadas situaciones, puede encontrarse fragmentado de manera que puede dar lugar a un fallo de implantación, a un desarrollo embrionario anómalo o a un aborto en fases más tardías.

Existen distintas técnicas para evaluar la integridad del ADN espermático: el ensayo TUNEL (Terminal Transferase dUTP Nick End Labeling), el ensayo del análisis de la estructura cromatínica del esperma (SCSA), el ensayo cometa y el test de dispersión de la cromatina espermática (SCD).

Dependiendo del grado y tipo de fragmentación y de la calidad del ovocito (factor directamente relacionado con la edad de la mujer) estas lesiones pueden ser reparadas por el propio ovocito que ha sido fecundado por el espermatozoide. Teniendo en cuenta que la capacidad de reparación del ovocito disminuye con la edad y la tasa de fragmentación del ADN espermático puede aumentar con la edad, se podría explicar en parte la disminución significativa en la tasa de embarazo que se observa en parejas de edad avanzada.

Enquellos casos en los que no es posible reducir la tasa de fragmentación a pesar del tratamiento antioxidante, se puede valorar la obtención de espermatozoides directamente a partir del testículo ya que la tasa de fragmentación es menor que en los espermatozoides obtenidos a partir del eyaculado.

El espermatozoide es el gameto masculino que definirá el sexo genético del futuro bebe. Es una célula germinal compuesta por un flagelo, una pieza intermedia (cuello) y una cabeza. Alguna anomalía en cualquiera de estas partes, implicaría una disminución de las probabilidades de que ese espermatozoide fecunde al óvulo.

La oligozoospermia se diagnostica cuando la concentración de espermatozoides por mililitro en el eyaculado es menor que los parámetros de normalidad definidos por la OMS. Actualmente, se considera oligozoospermia cuando la concentración es inferior a 15 millones por ml.

La cantidad de espermatozoides en el eyaculado es un parámetro muy variable en el varón y puede verse afectada por procesos intercurrentes como infecciones, toma de medicación, stress… Es importante que ante una alteración grave se haga una nueva valoración para confirmar el resultado, trascurridas al menos 3 semanas tras el primer análisis. 

La azoospermia se define como ausencia de espermatozoides en el eyaculado. Al igual que con la oligozoospermia, es importante que se haga una nueva valoración para confirmar el resultado, lo antes posible.

La azoospermia puede tener dos orígenes. La azoospermia secretora, ocasionada por una alteración en el testículo, que impide la formación de espermatozoides. La azoospermia obstructiva, ocasionada por la obstrucción en la salida de los espermatozoides a nivel de los conductos deferentes, siendo la producción espermática en el testículo normal.

Dependiendo del tipo de azoospermia el tratamiento al que deberemos recurrir puede variar desde realizar una biopsia testicular para obtener espermatozoides directamente del testículo (en azoospermias obstructivas), a la utilización de semen de donante (en azoospermias secretoras). 

La astenozoospermia se diagnostica cuando los espermatozoides presentan una movilidad menor de lo normal. Actualmente la OMS considera normal un 32% de movilidad progresiva en el eyaculado. Alteraciones de la movilidad pueden darse a raíz de tratamientos médicos recibidos y hábitos de vida poco saludables.Existen algunos tratamientos que intentan mejorar la movilidad progresiva espermática y la selección espermática mediante REM (recuperación de espermatozoides móviles) hace posible los tratamientos cuando la movilidad espermática es justa.

La teratozoospermia se diagnostica cuando el porcentaje de espermatozoides anómalos en el eyaculado supera los parámetros de normalidad definidos por la OMS, actualmente situados en el 4%.

Una grave alteración en la morfología espermática puede esconder otras alteraciones más importantes, por lo que es esencial establecer un correcto diagnóstico mediante los estudios oportunos (genéticos, hormonales).  

Hay factores que indudablemente contribuyen a un descenso de la fertilidad. El tabaco, el alcohol y las drogas pueden provocar un descenso en el número de espermatozoides y la calidad ovocitaria. Se piensa que la contaminación y la comida con aditivos químicos también influyen en la fertilidad. Sin embargo, el principal factor que ha condicionado un aumento de la esterilidad es el retraso en la búsqueda del embarazo, lo que conlleva una mayor edad de la mujer.

Es falso. En primer lugar no nos gusta hablar de culpas. Una pareja tiene que asumir que la infertilidad es cosa de dos y por lo tanto ayudarse mutuamente. El factor femenino suele ser la causa de infertilidad en un 35% de los casos y el masculino en otro 35%, mientras que en otro 15% el origen es mixto (masculino y femenino simultáneamente). Una esterilidad de origen desconocida se observa en el restante 15% de los casos.

La vida da muchas vueltas y a veces una persona decide que de nuevo quiere tener hijos tras una ligadura de trompas. La opción más fácil es una Fecundación in vitro. En este proceso se hace una estimulación ovárica, una punción para recoger los ovocitos, se unen los espermatozoides y los ovocitos en el laboratorio para su fecundación, y de 2 a 5 días más tarde se transfieren los embriones. En este proceso el ovocito no tiene que pasar por las trompas y una mujer con las trompas ligadas puede quedarse embarazada.

Las técnicas de reproducción asistida (TRA) comprenden varios métodos, diseñados para superar los obstáculos que se oponen a la fecundación natural. Las más utilizadas son la inseminación intrauterina, la fecundación in vitro (FIV) y la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI). Cada una de estas técnicas implica distinto grado de complejidad, y la elección dependerá de la causa particular que provoca la infertilidad.

Además de la causa propiamente dicha, pueden influir en la elección del tratamiento otros factores, como la edad de la mujer, el tiempo de infertilidad, la ansiedad dela pareja o la presencia de problemas en ambos miembros de la pareja. 

Al tomar en consideración las tasas de éxito de cualquier tipo de tratamiento de la infertilidad, hay que tener presente que las probabilidades promedio de que una pareja de fertilidad normal logre un embarazo son de alrededor del 20% en cada ciclo menstrual. Por lo tanto, estos tratamientos pueden alcanzar, en término medio, tasas de éxitos de hasta un 40%, dependiendo de la edad y los diagnósticos asociados, por lo que a veces es necesario repetirlos antes de lograr la concepción.

En cualquier tipo de tratamiento de la infertilidad hay que tener en cuenta diversos factores importantes a la hora de referirse a las tasas de éxitos. Es probable que la edad de la mujer y la duración de la infertilidad de la pareja influyan en el éxito del tratamiento. En las mujeres, la fecundidad disminuye a medida que aumenta la edad, sobre todo a partir de los 40 años.

Cuando una mujer está siendo tratada, sus probabilidades de concebir pueden ser menores si su pareja tiene también problemas de infertilidad (por ejemplo, un semen de mala calidad). 

El médico ayuda a la pareja infértil a buscar la mejor forma de tratamiento con el fin de superar los obstáculos a la concepción, pero antes de iniciarlo, es necesario que los pacientes conozcan todos sus aspectos, incluidos los inconvenientes. Además de la experiencia médica, las parejas infértiles buscan también en el especialista asesoramiento y apoyo.

Desde un punto de vista psicológico, la infertilidad suele ser una situación difícil de afrontar. Durante el tratamiento y antes de lograr el embarazo, es probable que se exacerben los sentimientos de frustración o de pérdida del control que suelen experimentar las parejas infértiles.

El tratamiento de la infertilidad abarca tanto la asistencia física como la emocional. Por tanto, el apoyo del personal médico, la Psicóloga, enfermería y de todas las personas que intervienen en el mismo es esencial para ayudar a la pareja a afrontar los distintos aspectos de su situación.  

Hay tendencia a poner cada vez menos embriones. Para mujeres por debajo de los 35 años, en el primer ciclo de Fecundación in vitro, recomendamos la transferencia máxima de dos embriones, si tenemos buena calidad.

Para pacientes mayores de 35 años o aquellas con menor edad en la que hayan fracasado ciclos de FIV anteriormente la transferencia de 3 embriones se realiza de forma excepcional, siempre valorando los ciclos previos de la paciente y la calidad embrionaria, ya que existe más riesgo de gestación múltiple. 

En nuestra clínica tenemos un programa de donación de ovocitos. El tiempo hasta que se inicia el tratamiento puede variar dependiendo de la demora en encontrar la donante más adecuada, de la cuales ya fueron previamente seleccionadas y estudiadas, con cada receptora y poder sincronizar sus reglas.

Hoy en día existen múltiples estudios y muy a largo plazo, de los niños nacidos tras transferencia de embriones congelados. No hay más probabilidad de anomalías congénitas en niños que nacen de embriones congelados que en niños nacidos de otras técnicas de reproducción asistida.

Es una cuestión de debate actual. Algunos trabajos científicos no encuentran ninguna diferencia y otros encuentran un ligero aumento de algunas patologías en niños nacidos de reproducción asistida. Sin embargo, es muy difícil diferenciar si las alteraciones que algunos estudios encuentran se deben a las técnicas de reproducción o al perfil de los pacientes subfértiles que pueden tener otros problemas como la edad materna avanzada, el sobrepeso, enfermedades acompañantes

Es frecuente que la pareja o uno de los miembros de la pareja sienta agobio, estrés y falta de esperanza.

Es importante hablar de estos sentimientos para que no vayan a más. Nuestra Psicóloga está especializada en el tratamiento de pacientes con problemas de esterilidad. El apoyo es fundamental para no sufrir de forma patológica durante el tratamiento.

En los últimos años hemos constatado un aumento del número de mujeres que han decidido afrontar una maternidad en solitario. En Neolife estamos comprometidos con todas aquellas mujeres que están pensando en dar ese paso y ser madres solteras. Nuestro objetivo principal es que en nuestra clínica las pacientes se sientan totalmente respaldadas e informadas durante el camino hacia la maternidad. Para ello contamos con un equipo de profesionales clínicos muy cercano, además de un departamento de Psicología que resolverá todas las dudas e inquietudes que surjan, en todo momento.

Algunas mujeres que quieren formar familias monoparentales tienen temores como no saber quién es su donante (de semen, en cualquier caso, y de óvulos, en el caso de una recepción ovocitaria), ni saber el tipo de pruebas que ha tenido que realizar para poder llegar a ser aceptado como donante. Queremos recalcar que el proceso de selección, tanto de donantes de semen como de óvulos, es un proceso riguroso que cumple todos los requisitos que exige la Ley de Reproducción Asistida, donde los donantes son evaluados rigurosamente en sus rasgos físicos y de salud (incluyendo análisis genéticos, serológicos y analíticas de carácter general), sus antecedentes familiares y una evaluación psicológica de su comportamiento e integración social.